Al entrar en casa corriendo, mi madre salió a recibirme.
"¿Que tal el primer día? Has hecho amigos, por lo que veo. ¿Es del pueblo ese chico de la furgoneta?"
No pude decir nada, subí los escalones de cuatro en cuatro hasta mi cuarto,me metí en la cama y tras masturbarme furiosamente, caí en un estado febril que duró tres días con sus tres noches.
Mamá llamó al médico.
"Qué le pasa, doctor"
El médico se encogió de hombros.
"Algún virus otoñal. No parece grave. En unos días estará mejor."
Y mientras tanto, ardí, literalmente, pero no por culpa de un virus, ardí intoxicado de amor, del veneno que ya había tomado de tu boca...
...tres días que pasé guardando el sabor de tus labios. Besarte con los ojos cerrados me hizo ver desde entonces campos segados, cielos rasos y pájaros oscuros revoloteando sobre la nada.
...a veces, en medio de la noche, me levantaba casi sonámbulo hasta la ventana, descorría las cortinas y veía tu silueta oscura bajo el árbol del jardín, el único árbol en kilómetros a la redonda.
Tu silueta y el rescoldo de tus ojos, que a pesar de la oscuridad relucían como brasas en la penumbra.
Nunca grité tu nombre para saber si eras tú, si de verdad estabas allí.
A veces te veía.
A veces se levantaba la brisa y tu silueta se perdía entre las sombras de la noche.
(sigue)
Imagen: "Luna y ramas", de Manuel Pozo Coronado (www.manuelpozo.com)
2 comments:
¡Dios mío!, debe de haber sido un beso más alla del deseo mismo, apenas se conocían e imagina que pegada. Al menor para el narrador...
Me voy corriendo a seguir leyendo.
Por favor, ¿podría decirme alguien desde dónde está sacada la foto en la que salen unas ramas y encima la luna?
Gracias
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